domingo, 15 de agosto de 2010

Razones sentimentales... ¿o hay otras?

En menos de seis meses me han roto el "Corazón" dos veces. Sin lugar a dudas, la decepción amorosa es una de las experiencias humanas más dolorosas que puedan vivirse, y más aún en estos tiempos abyectos en los que nada puede mitigar semejante agonía. Por ello, decidí abrir este blog con la esperanza de perder en algún lugar, en algún momento, a las Dos Damas de mis Sueños.

Según lo anterior, debo comenzar destilando públicamente que Z... y M..., M... y Z..., la primera y quizás la última, me rechazaron por razones que no alcanzo a entender, y sólo puedo respetar por el inefable cariño que todavía les tengo. M... eligió a la persona para compartir su vida; tal vez mi declaración fue tardía, jamás lo sabré. Z... espera un emisario de su pasado quien le prometió, a pesar de hacerla sufrir, volver por ella en un futuro cercano. Al final de cuentas, yo sólo soy una circunstancia en su camino, una anomalía en la historia de sus vidas que trató de llenar sus existencias de poesía, arte, filosofía, verdad y belleza. Y... (snif, snif, snif) debo reconocer, ¡fracasé!

Por ello, decidí abrir este espacio para comprender y luchar contra este ingobernable sentimiento de derrota. Entender mi condición humana en la más humana de las experiencias, valga la redundancia. Y sólo quizás compartir esta soledad a la que me he (¿han?) conducido las desventuras de este año 2010.

Asimismo, al naufragar en la Internet, por increible que parezca, no localizo un espacio con las mismas características a las que pretendo ir definiendo este sitio. Acaso las circunstancias y la diosa Fortuna --si existe, claro está-- quieran que El Blog de los Corazones Rotos sea abierto como un remanso en esta época bastarda, y para ironías, dentro de la llamada blogósfera.

También decidí abrir este espacio por sugerencia indirecta del Doctor Jaime Nubiola, quien en su libro "Aprender a pensar", recomienda exponer nuestros puntos de vista públicamente. Así, al escribirlos, no sólo buscamos dar testimonio de nuestra situación como libro para otros, sino que también buscamos con cada trazo de nuestros sentimientos, ideas, imágenes y pareceres, mejorar como seres humanos y tal vez cambiar un poquito nuestro de por sí cabizbajo mundo.

De este modo, comienza una bitácora más en el océano de la Internet. Una historia perdida de tantas a la que cualquier náufrago será bienvenido. Cierto que será como lo hace la angelical Sakura Kinomoto (木之本 桜) en la imagen: en medio de una lluvia fundida con las lágrimas del fondo del "Corazón", esperando el cese de ambas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario