miércoles, 25 de agosto de 2010

"Si las flores pudieran expresar libremente sus pensamiento con palabras, ¿qué dirían?" pregunta la incauta Shizuma Hanazono (花園静馬) de Strawberry Panic! al irrigar las hortensias de su invernadero. Y en verdad que la pregunta levanta suspicacias al contemplar a los que, considero, podrían ser los seres más hermosos y frágiles de este mundo.

Para muestra de esta inquietante observación, dejo aquí sólo algunas de las imágenes cuya hechura me permiten compartir la misma conjetura de la Etoile de Astraea Hill...

Tal vez ellas puedan decirnos desde su frágil condición algo más acerca de la vida de lo que poetas, filósofos, pensadores y científicos puedan explicarnos. Pues al fin y al cabo, seres finitos colmados de belleza, me hablan a mi corazón roto, casi como un espejo de éste: a merced de la intemperie, frágil e íntimo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Una consolación poética.

Carlos Montemayor (1947-2010), además de ser una de las mentes más prolíficas de la intelectualidad mexicana, fue un exquisito lector. Rara avis en un país donde los que "piensan" dizque leen, y más aún, ¡poesía!

Y califico de exquisito a Montemayor merced a la compilación poética de Los más bellos poemas de amor en la Lengua Española (Editorial Seix Barral, 2009) que acabo de leer. A propósito de los turbulentos días en que mi mente estaba en una tormentosa confusión.

Pues bien, entre la selección poética encuentro sumamente interesante: "Cuando en tus ojos busques" del poeta oaxaqueño Víctor de la Cruz. En particular, lo considero apropiado para mitigar el despecho y el ingobernable sentimiento de derrota que sobreviene tras una decepción amorosa. A la vez, no sé, en él hallo un dejo de maldición contra quien despecha, es decir, una suerte de "te arrepentirás" que sirve, por lo pronto, para sobreponerse después de haber salido de uno mismo para enriquecer la vida del otro.

Cuando en tus ojos busques.
Víctor de la Cruz (1948)

El día que con tus ojos busques
ya no me encontrarás,
y dentro de mi corazón
no habrá nadie que te diga
por qué camino me fui
y en dónde te olvidé.

El día que abras los ojos
ya no estaré,
me habré ido por otra senda
y a ti te habré olvidado.

Volverás la vista hacia el norte y el sur,
por donde nace y se oculta el sol,
en donde se hacen cuatro los brazos del camino
mirarás como loca, buscando mis huellas.

Quien sabrá qué lluvias
y vientos habrán pasado ya
barriéndolas.

¿Consolación? ¿Maldición? ¿Desahogo? Desolados náufragos, los dejo a su consideración en la medida de su despecho. De cualquier modo, al recitarla en voz alta podemos imaginarnos que ella o él nos buscará trepado en un poste de luz cuando ya no estemos allí. Y sólo quizás, si los hados son menos benévolos, ellos estarán en el bulevar de los sueños rotos donde Yuki Nagato (長門 有希) busca desolada el amor perdido en el oceáno de su infinita memoria.

domingo, 15 de agosto de 2010

Razones sentimentales... ¿o hay otras?

En menos de seis meses me han roto el "Corazón" dos veces. Sin lugar a dudas, la decepción amorosa es una de las experiencias humanas más dolorosas que puedan vivirse, y más aún en estos tiempos abyectos en los que nada puede mitigar semejante agonía. Por ello, decidí abrir este blog con la esperanza de perder en algún lugar, en algún momento, a las Dos Damas de mis Sueños.

Según lo anterior, debo comenzar destilando públicamente que Z... y M..., M... y Z..., la primera y quizás la última, me rechazaron por razones que no alcanzo a entender, y sólo puedo respetar por el inefable cariño que todavía les tengo. M... eligió a la persona para compartir su vida; tal vez mi declaración fue tardía, jamás lo sabré. Z... espera un emisario de su pasado quien le prometió, a pesar de hacerla sufrir, volver por ella en un futuro cercano. Al final de cuentas, yo sólo soy una circunstancia en su camino, una anomalía en la historia de sus vidas que trató de llenar sus existencias de poesía, arte, filosofía, verdad y belleza. Y... (snif, snif, snif) debo reconocer, ¡fracasé!

Por ello, decidí abrir este espacio para comprender y luchar contra este ingobernable sentimiento de derrota. Entender mi condición humana en la más humana de las experiencias, valga la redundancia. Y sólo quizás compartir esta soledad a la que me he (¿han?) conducido las desventuras de este año 2010.

Asimismo, al naufragar en la Internet, por increible que parezca, no localizo un espacio con las mismas características a las que pretendo ir definiendo este sitio. Acaso las circunstancias y la diosa Fortuna --si existe, claro está-- quieran que El Blog de los Corazones Rotos sea abierto como un remanso en esta época bastarda, y para ironías, dentro de la llamada blogósfera.

También decidí abrir este espacio por sugerencia indirecta del Doctor Jaime Nubiola, quien en su libro "Aprender a pensar", recomienda exponer nuestros puntos de vista públicamente. Así, al escribirlos, no sólo buscamos dar testimonio de nuestra situación como libro para otros, sino que también buscamos con cada trazo de nuestros sentimientos, ideas, imágenes y pareceres, mejorar como seres humanos y tal vez cambiar un poquito nuestro de por sí cabizbajo mundo.

De este modo, comienza una bitácora más en el océano de la Internet. Una historia perdida de tantas a la que cualquier náufrago será bienvenido. Cierto que será como lo hace la angelical Sakura Kinomoto (木之本 桜) en la imagen: en medio de una lluvia fundida con las lágrimas del fondo del "Corazón", esperando el cese de ambas.